Justo Brito y Juan Tabares: Poema

 


El 16 de diciembre de 1902 en El Chaparro (Edo. Anzoátegui) nace el pedagogo y poeta Ángel Celestino Bello, uno de los más reconocidos trovadores orientales del siglo XX.

Fue docente en Sabana de Uchire, Clarines, Maiquetía, La Guaira y Calabozo, Director del periódico Acción de Barcelona, colaborador del periódico Voz Caribe, director de cultura de la gobernación de su estado natal.

Autor de poemarios como “Copa de Barro”, “Cantos de mi Cántaro” y de los afamados poemas “Esta es la tierra de Juan”, “Chamizos”, “De mi tierra”, “Furruco”, “Ventana del tiempo”, “Zaranda”, “La Mariposa” y “Justo Brito y Juan Tabares”. Sus obras fueron publicadas en diversos diarios de la zona.

Su actividad poética la inició en 1918, mientras que la docencia la ejerció, tanto en Anzoátegui, como Caracas, La Guaira y Guárico. El 11 de noviembre de 1963, muere en Barcelona.

Justo Brito y Juan Tabares, una creación literaria de arraigo universal. Este Poema trata sobre una riña entre dos hombres que se enamoraron de la misma mujer y decidieron luchar hasta dar la vida por ella.


Justo Brito y Juan Tabare,

hombres de vera y peinilla

como no pare otra madre,

por una vieja rencilla,

en el lugar que se vieran

la muerte juraron darse.

 

Dicen que el primer encuentro

lo tuvieron en un baile,

cuando iba Justo Brito

con Paulina Colmenares,

bailando un zumba que zumba

de esos que entibian la carne.

"¡Dame una paloma, Justo!...,

dame una paloma, vale",

gritóle desde un escaño

el temible Juan Tabare.

 

Pero Brito, en los espasmos

que da la fiebre del baile,

contestóle con la espalda,

sorda expresión del desaire.

 

Ten en cuenta. Justo Brito,

te lo juro por mi madre,

que el desprecio que me has hecho

nunca me lo hizo naide...;

¡yo te enseñaré, ca... rrizo...,

cómo se ofende a un Tabare!

 

Pasaron muchos veranos

desde la noche del baile,

más el rencor de los hombres

es difícil que se acabe.

 

En un claro de sabana,

que dora el sol de la tarde,

se encontraron de repente

Justo Brito y Juan Tabare.

 

Al mirarse frente a frente,

les templó el rencor la sangre;

no se dijeron palabras,

y en el furor de la lucha

las peinillas azarientas

casi cortaban el aire.

 

Dura y larga fue la brega,

y al morir aquella tarde

ambos estaban de bruces

en un gran charco de sangre.

 

Mañana dirá el que llegue

al propio sitio del lance:

"Fué por una 'palomita'

de Paulina Colmenares

que así se dieron la muerte

Justo Brito y Juan Tabare."

¡Dos hombres de pelo en pecho

como no pare otra madre!


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2 Comentarios

  1. Hola excelente recopilación de nuestra cultura, este poema se que alguna vez lo leí o lo escuché, una de las tantas cosas buenas que se han escrito por estás latitudes. Keep it going 💓

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    1. Thank u, bro. Es un poema que vive conmigo desde muy joven. Aquí lo plasmo para darle vida y créditos a su autor.

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